lunes, 10 de enero de 2011

Entrevista a un profesional


Con la finalidad de tener una opinión un poco más cercana de lo que implica la actividad desempeñada por un auditor de cuentas, nos hemos reunido con uno de los profesionales expertos en esta área: Antonio Cruces Villalobos (auditor de cuentas no ejerciente), pues bien es cierto que nadie mejor que ellos conoce los entresijos de esta profesión, sus riesgos, y sus ventajas.
Pese a ser un auditor de cuentas no ejerciente nos ha demostrado a través de sus argumentos que está al día de la situación de la profesión de auditoría de cuentas en España, y nos ha dado su opinión sobre algunos aspectos de relevancia que mostraremos a continuación.

El perfil de la persona que vamos a entrevistar es:

Nombre y apellidos: Antonio Cruces Villalobos
Empresa: Ministerio de Economía y Hacienda
Puesto: Ponente Tribunal Económico-Administrativo Regional de Cantabria
Tiempo en auditoría de cuentas: 1989 Nº R.O.A.C. 06664, No ejerciente

A continuación empezaremos con las preguntas:

1º) Hace algunas semanas, el Presidente del ICAC manifestaba en una conferencia que los auditores realizan un trabajo de interés público porque su verdadero cliente es la sociedad en general. Según sus palabras, todavía mucha gente no comprende que se trata de una labor de interés social y que los auditores no se deben a los intereses de las empresas que les pagan. De este modo, afirmaba que los auditores "desaparecerán si no demuestran interés social". ¿Qué opinión le merece este comentario? ¿Está de acuerdo con él?

Absolutamente. La salud de nuestras empresas y, por ende, de nuestra economía, está lógicamente relacionada con el acierto en las decisiones empresariales y con la transparencia en las transacciones y operaciones entre empresas. Para ello es esencial que la contabilidad, como sistema de información de su situación económico-financiera,  haya sido objeto de contraste por profesionales independientes y cualificados. Uno de los mayores retos de los auditores es transmitir a la sociedad cuál es su función y la naturaleza de sus actuaciones.

2º) ¿Considera que la gente realmente valora la función social que desempeñan los auditores de cuentas? O bien ¿considera que su imagen y prestigio se han visto deteriorados a raíz de los últimos escándalos financieros en los que algunos auditores y firmas de auditoría han estado implicados, como por ejemplo los casos de Enron, WorldCom, Parmalat o Afinsa y Forum Filatélico?

En general, creo que la gente de la calle no tiene una idea clara de qué es un auditor o de qué sea la auditoría. Ello, unido a que el  común solo oye hablar de los auditores con relación a casos de malas prácticas, lleva a que la imagen de los auditores se encuentre deformada y malograda. En cualquier caso, donde hay poder o donde hay dinero se suele encontrar la corrupción, y el auditor ha de actuar en ese entorno, por lo que, aunque excepcionalísimamente, pueden darse casos de auditores implicados en escándalos o en delitos. Pero ha de decirse que lo mismo puede ocurrir con políticos, empresarios, directivos o personal de instituciones financieras, abogados, etcétera.
  
3º) En su opinión, ¿qué motivos justifican que una empresa que no está obligada a auditar sus cuentas anuales voluntariamente contrate este servicio?

El buen empresario, el buen gestor, tiene interés en que la contabilidad refleje fielmente la realidad de su empresa. En ello se juega el acierto de sus decisiones y la imagen de fiabilidad de su empresa en el mercado. La intervención del auditor, adverando las cuentas, es un “plus” en este sentido.

4º) En la crisis económica en la que estamos inmersos ¿Qué papel cree que han podido jugar los auditores de cuentas? Es decir, ¿considera que, como colectivo profesional vinculado a las empresas, se les puede atribuir algún tipo de responsabilidad en este sentido?

No lo creo. En general, la actual crisis, a mi juicio del sistema, difícilmente puede explicarse sobre la base de actuaciones de colectivos como los auditores. Solo si se analizan casos concretos, que han saltado a la opinión pública como ejemplo del mal funcionamiento del sistema y de los abusos tolerados, pueden verse implicadas algunas entidades de auditoría, pero se trata de situaciones aisladas y específicas. No es tanta la importancia del auditor como para que pueda imputársele como colectivo alguna responsabilidad especial en la crisis.

5º) ¿Considera que los auditores de cuentas, también como colectivo profesional vinculado a las empresas, pueden contribuir de algún modo a la salida de la crisis económica actual?

Ante una crisis como la actual, el esfuerzo de todos es preciso para aportar soluciones y conseguir superarla y que no se repita en el futuro, o al menos para paliar sus consecuencias. En este sentido, la labor de los auditores puede ser importante. Se trata de un colectivo preparado que puede aportar ideas para un mejor control financiero, que evite las aventuras especulativas. En cualquier caso, como en el de otros profesionales, la mejor aportación de los auditores es, probablemente, el realizar bien y con rigurosidad su trabajo.

6º) ¿Cómo cree que está afectando la crisis económica actual a los servicios que prestan los auditores de cuentas respecto a los siguientes temas: (1º) el precio de las auditorías, (2º) las posibles dificultades en el cobro de los honorarios por el servicio prestado, y (3º) la contratación de trabajos de auditoría de forma voluntaria por parte de las empresas no obligadas a auditar sus cuentas anuales?

No siendo auditor ejerciente, no tengo una información contrastada para opinar en concreto sobre la cuestión. No obstante, supongo que, como cualquier otro servicio profesional,  se verá afectado por la situación de las empresas, con dificultades de liquidez y necesidad de control del gasto.

7º) Cambiando un poco de tema, ¿qué opinión le merece el Plan General de Contabilidad de 2007 en comparación con el anterior?

Me parece que las reformas contables no se realizan partiendo de la realidad empresarial española. A mi entender, se parte de unas perspectivas teóricas y de unas soluciones contables que están pensando en grandes empresas, cuando lo que tenemos son pequeñas y medianas empresas. Luego, se pretende adaptar a las pequeñas, pero es hacer un traje de gigante para luego vestir a los habitantes de Liliput. Tal vez se tendría que pensar directamente en hacer un plan para la mayoría de nuestras empresas, pequeñas y medianas. Las grandes pueden funcionar con las NIC o adaptaciones que se acuerden para el ámbito europeo.

8º) Y en cuanto a la Ley de Auditoría de Cuentas en España, ¿qué opinión le merece la reciente modificación que se ha producido a efectos de unificar la regulación legal en el conjunto de Estados miembros de la Unión Europea?

En términos generales, positiva. Partiendo de la base de que la Unión Europea es una necesidad, o sea, algo que no puede dejar de ser o ser de otra manera, me parece crucial la homogeneización o armonización de la regulación básica de la función auditora y de la figura del auditor. En algunos aspectos, estamos ante un primer paso, que deberá ser seguido por otros ulteriores, pero tampoco se puede tildar de tímida la armonización introducida. En este aspecto, como en otros, la Unión es algo que se ha de ir construyendo progresivamente.

El establecimiento de normas éticas y de control interno creo que es interesante y, al margen de críticas puntuales, debe redundar en la mejora del servicio del auditor y en su imagen pública. La delimitación de la responsabilidad del auditor también me parece loable, dado que en la regulación anterior se echaban en falta reglas como las que ahora se establecen.

9º) De forma más particular, ¿qué opinión le merece la adopción de las Normas Internacionales de Auditoría? Y, ¿qué impacto cree que tendrán en el trabajo de los auditores de cuentas?

En un mundo cada vez más interrelacionado me parece lógico. No creo que el impacto en el trabajo habitual de los auditores de cuentas sea sustancialmente relevante.

10º) Y respecto al requisito de independencia de los auditores de cuentas, ¿considera que su regulación actual es la más adecuada?

En cuanto a la independencia del auditor, considero que la nueva ley supone un paso adelante. El problema es que la mujer del César no solo debe ser honesta sino parecerlo.

11º) Si tuviera que destacar tres cualidades, competencias o habilidades de un buen auditor de cuentas, ¿cuáles serían?

Capacidad de organización, buena preparación técnica y honradez.  Y si se me permite, añadiría una cuarta, pero no menos importante: sentido común.

12º) Como futuros Licenciados en Administración y Dirección de Empresas, ¿nos animaría a iniciar la carrera profesional de auditor de cuentas? ¿Por qué?

El tronco de la formación del Licenciado en Administración y Dirección de Empresas debe estar constituido, a mi juicio,  por la formación contable. Ha de ser el especialista en todo lo que hace a la contabilidad, como puede convenirse que el Licenciado en Derecho lo es en lo que hace al ordenamiento jurídico, o el médico a la salud humana. Siendo así, no cabe duda que el mundo de la auditoría es un ambiente en el que naturalmente puede desarrollarse profesionalmente el  Licenciado en Administración y Dirección de Empresas.

Animo a explorar este camino, pero no debe olvidarse que llegar a ser un buen auditor precisará de un proceso, de una dedicación  y de un esfuerzo. Lo que se consigue por uno mismo, esforzadamente  y en buena lid, ayuda a valorarnos y a dar valor a lo que tenemos y somos. Es preciso que el  propio auditor valore su función y su relevancia pública. Ser auditor puede ser sin duda una magnífica posibilidad de desarrollo profesional y personal para muchos de vosotros.

Después de realizar el cuestionario al profesional elegido, pasamos a establecer una serie de conclusiones sobre su opinión para facilitar el entendimiento de la información a nuestros lectores.
Los profesionales como él deberían dejar claro cuál es su función y, además, el buen funcionamiento de nuestras empresas y economía depende de que estos sean independientes y cuenten con la cualificación necesaria y adecuada. La independencia se refiere a que el trabajo de un auditor se dirige a la sociedad y no responde a los intereses de las empresas clientes. Otras cualidades necesarias para realizar este trabajo con éxito son la honradez, capacidad de organización y sentido común.
Considera además que la imagen de la profesión se ha deteriorado porque, si se oye hablar de auditoría, generalmente es por malas prácticas, fraudes…(las auditorías con buenos resultados nunca son noticia). Por ello, aunque excepcionalísimamente exista corrupción, esto también ocurre en otros oficios siempre que haya dinero de por medio. Pero, a pesar de ese deterioro de imagen y desconfianza hacia la auditoría, si las empresas no obligadas a auditar lo hacen es por cuestión de dar una mejor imagen de cara a la sociedad.
La profesión auditora en general no es culpable de la crisis actual; si bien puede existir algún caso concreto de abuso, fraude…que si pueda estar implicado en esta cuestión. Por el contrario, cree que sí es posible que estos profesionales ayuden a salir de la recesión y la mejor aportación que pueden hacer para ello (como todo profesional) es realizar su trabajo de forma rigurosa.
Respecto a la modificación del Plan General Contable, destaca la idea de que se deja de lado un aspecto muy importante: la gran importancia de las PYMES en nuestro país. Considera que la norma es diseñada para grandes empresas y que debería existir una normativa específica dirigida a las pequeñas y medianas empresas con tanta importancia  en el tejido económico español.
Por el contrario, ve positiva la Reforma de la Ley de Auditoría de Cuentas, señalando como aspectos claves la limitación de la responsabilidad del auditor y el establecimiento de normas de ética y control interno. Dado que la UE es una realidad y no puede ser de otra forma, la armonización de normas entre los distintos Estados Miembros resulta de gran interés. No obstante, esto sólo es un primer paso y este proceso de convergencia de normas debe continuar progresivamente. Opina sobre otros aspectos de la Reforma, como la adopción de las Normas Internacionales de Auditoría (cree que es lógico) y el requisito de independencia, respecto al cual la nueva norma supone un paso adelante, pero teniendo en cuenta que lo más difícil no es ser independiente sino hacer que parezca en todo momento que lo eres.
Por último, destaca la idea de que la auditoría es un camino posible, adecuado e incluso magnífico para los Licenciados en Administración y Dirección de Empresas; pero siempre teniendo en cuenta el gran esfuerzo y dedicación que supone llegar a ser auditor.

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